De fundamentos y fundamentalistas

Este es un punto sobre el que siempre quise escribir. Durante mucho tiempo pensé que no merecía hacer aclaraciones, pero a raíz de lo sucedido en Londres, escuché en la televisión un comentario hecho casi al descuido por ciertos periodistas acerca del fundamentalismo: uno de ellos hizo el consabido comentario sobre los extremos a los que llegan los fundamentalistas islámicos, a lo que otro le respondió, en apariencia deseando justificar el accionar de los terroristas “fundamentalistas hay en todas las religiones, hay fundamentalistas protestantes, que son presidentes”. No es necesario mencionar al autor de este comentario, ya que al tratar de decir algo inteligente y sutil, denota un profundo desconocimiento sobre lo que habla, además de repetir un discurso instalado en el periodismo.

Lo que es verdaderamente molesto es la facilidad con que se emplean mal los términos y las ideas. No es el momento de analizar las profundidades del Islam y tampoco me sería propio por el conocimiento parcial que tengo del mismo, pero si es verdad lo que dicen los musulmanes, que “el Islam es paz”, entonces aquellos que comenten actos terroristas, no deberían llamarse fundamentalistas. Fundamentalista es quien vive por sus fundamentos. Es quien no transgrede sus ideas. ¿Como puede entonces alguien que dice abrazar una religión de paz atentar contra la paz? Por otro lado, se dice que Bush es un “fundamentalista protestante”, buscando de esta manera decir que es un loco religioso o algo por el estilo. Tampoco voy a ahondar sobre las decisiones políticas de Bush en este momento, pero al menos no debería usarse el término “fundamentalista” para sugerir que su particular manera de entender su religión lo lleva a tomar malas decisiones. Esto demuestra una vez mas como un concepto mediocre y sin profundidad emitido por gente supuestamente idónea puede perjudicar nuestro juicio. Este concepto tan remanido se ve trasladado también a otros ámbitos: las películas muestran que “el asesino es un loco religioso, que pretende justificar sus crímenes con la Biblia”; el mensaje es “no lean la Biblia porque pueden quedar así de locos”. La Inquisición y la quema de brujas, un producto de la ignorancia de los “fundamentalistas” de esa época. Siempre los peores crímenes, cometidos en nombre de Dios.

El verdadero problema está en la INTOLERANCIA. Y para esto no se necesita ser religioso. La vemos a diario, en la misma gente que se disfraza de comprensivos, de intelectuales, esta raza “buenoide” que no tolera que alguien piense diferente o se aparte de lo “políticamente correcto”. Yo no tengo temor de decir que SOY FUNDAMENTALISTA. Yo tengo mis fundamentos claros y también mis ideas, se que mis creencias se basan en el amor, y esto no me permite imponerle al mundo mis ideas. Tan solo quiero rogarles a mis amigos y lectores, que nos quitemos la costumbre de utilizar el término “fundamentalista” en un sentido peyorativo y de esta manera aplicarlo a quien no se lo merece, con mayor razón, cuando ese alguien es un manipulador de las situaciones para su provecho.

“…aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.” San Juan 16:2,3 – La Biblia

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