1.12.05

...sobre halos solares, arrojados exploradores, vicisitudes de Internet y búsquedas frustradas

Es habitual que a través del buscador muchos lectores lleguen a este sitio buscando información respecto a un tema específico, y también es habitual que solo se encuentren con las divagaciones de mi pluma, y aprovechando la dirección de mail me feliciten por la página, me comenten lo curioso de su paso por aquí o me reprochen amargamente la forma en que les hice perder el tiempo.

Hoy no sucederá esto último.

A raíz del fenómeno del sábado pasado, estuve indagando en Internet sobre:

Halo Solar
Arco iris circular
Cirroestratos o cirrostratos

Y me encontré con mucha información útil que desconocía o había leído muy superficialmente en alguna otra ocasión. (Espero que más temprano que tarde, los internautas aprendan a “sacarle el jugo” a los buscadores sin molestarse con quien escribe algo que no estaba en sus parámetros de búsqueda).

Finalmente, la explicación más precisa sobre el fenómeno registrado aquí en Tucumán, la encontré nuevamente ojeando el diario. A continuación la comparto por este medio y espero con esto haber hecho mi buena acción del día, para no tener que merecer quejas por mail. Y si no es suficiente, basta con poner algo en el siguiente cuadro y presionar el servicial botoncito. Muchas gracias.


Google




-----
Por Raúl Barrachina, director del Instituto Balserio, Bariloche, Río Negro.
Exclusivo para LA GACETA.

“La fantasmal aparición de luz flotaba inmóvil ante mí. Fue una visión extraña y temible, única e indescriptiblemente emocionante en aquel momento”. Así describía el famoso viajero y explorador británico Edward Whymper (1840-1911) un extraño fenómeno visto por él en la tarde del 14 de Julio de 1865. En aquella oportunidad, Whymper y sus compañeros habían alcanzado la cima del Matterhorn por primera vez.

Pero durante el regreso cuatro hombres de la expedición resbalaron y cayeron a un precipicio. Poco después, Whymper vio un círculo alrededor del sol, pero que además mostraba tres cruces luminosas, lo que le produjo una fuerte impresión. Por la descripción que brinda LA GACETA, bien puede ser que el sábado 26 de Noviembre los tucumanos hayan sido testigos de un fenómeno similar al observado por Whymper casi un siglo y medio antes.

La explicación podría ser la siguiente: así como el arco iris se debe a la presencia de gotas de agua en el cielo, este “halo” sería producido por pequeños cristales de hielo de forma hexagonal que se forman por la baja temperatura que se da a gran altura. Y un cristal de hielo hexagonal es casi un prisma que desvía la luz por un fenómeno llamado “refracción”. Y aquí viene lo importante: dependiendo de la orientación de estos cristales, la luz se desvía más o menos, pero sobre todo a un ángulo de aproximadamente 22 grados, y nunca en un ángulo menor.

Entonces, una nube tenue de cristales de hielo orientados al azar puede desviar la luz del sol, formando un círculo luminoso de 22 grados de radio, con una zona más oscura en su interior. Y como el rojo se desvía menos que los otros colores, el borde interno del círculo es de uno tono rojizo. Estos mismos mecanismos de refracción de la luz en cristales de hielo hace que, en condiciones excepcionales, puedan llegarse a ver espectáculos aún más asombrosos.

De hecho puede aparecer toda una multitud de líneas y puntos luminosos.

Registros científicos
Tal vez la observación mejor documentada de este efecto sea una realizada por Tobias Lowitz el 18 de Junio de 1790 en San Petersburgo. Pero no es la primera observación de la que se tienen registros. En 1662, el astrónomo Johannes Hevelius (1611-1687) publicó un dibujo de un fenómeno similar observado en Danzig el 20 de Febrero de 1661.

Otra observación histórica es la que el explorador inglés William Edward Parry (1790 - 1855) describió en su libro “Diario del viaje para el descubrimiento de un paso noroeste”, publicado en Londres en 1821. Varias de estas líneas están identificadas con el nombre de su descubridor, tal como ocurre con el arco de Lowitz, o el de Parry.

Esta variedad de fenómenos se debe a que un cristal de hielo, con su forma hexagonal, es más complejo que una gota esférica, y por lo tanto la luz puede seguir muchísimas trayectorias distintas en su interior. Cada trayectoria da origen a un espectáculo distinto, dependiendo de las condiciones atmosféricas. Los habitantes de Tucumán tuvieron el privilegio de ver uno de estos fenómenos, extraño sobre todo por su nitidez, pero no absolutamente inusual. Podríamos decir que hay una gran diferencia entre la “frecuencia con que es observado un fenómeno y la frecuencia con que ese fenómeno ocurre”.

Para poder verlo nuevamente, tendremos que buscarlo sobre todo cuando el cielo esté cubierto con una neblina muy alta, presentando ocasionalmente estrías o filamentos. Recordemos que el halo es “grande”. Si estiramos el brazo y tapamos el sol con la punta del pulgar, al separar los dedos tanto como sea posible, el meñique nos dará la posición del halo, con un ángulo de aproximadamente 20 grados. Veremos que el halo tiene siempre el mismo diámetro angular, y es mucho más grande que la aureola que se suele formar alrededor del sol o la luna, y que se debe a gotas de agua y no a cristales de hielo.

Y una última recomendación: al observar un halo, recordemos que nunca debemos mirar al sol directamente. Es preferible ocultarlo con la mano, o con el borde de un edificio o un poste. Nuestra vista lo agradecerá.

4 comentarios:

  1. Interesante, no sabía que se podían formar así, nunca he visto ninguno, me gustaría verlo, tiene que ser un fenómeno precioso.

    De puntillas...

    ResponderBorrar
  2. Interesante eso... Por aquí desgraciadamente creo que no puede pasar eso, pues la temperatura siempre es muy alta.

    ResponderBorrar
  3. Muy interesante, me ha encantado leer esta información que generosamente has compartido con nosotros, pero sin duda me entusiasmaría ver este fenómeno natural con mis propios ojos, en lugar de tratar de imaginármelo mientras te leía.

    Un saludo y gracias.

    ResponderBorrar
  4. Realmente es un espectáculo muy particular... probablemente de esos que se ven una vez en la vida...

    En el caso puntual de Tucumán, en este momento nos encontramos en primavera (que no es muy diferente del intenso verano, salvo por las precipitaciones) y el día que sucedió el fenomeno, las temperaturas estaban cerca de los 40ºC... Así que creo que después de eso, es posible que se de en cualquier lugar...

    Saludos!

    ResponderBorrar

Santalum

Volvieron los días fríos y con ellos la acuciante necesidad de recordar su calor. Miradas indirectas de sonrisas ignorantes, inconscientes d...