10.3.06

Réplicas

Copio en forma inconsciente. Aunque de manera pretenciosa le haya estampado rápidamente mi firma a algo, no puedo pensar por ello que sea autor y propietario único de lo producido. La creatividad debe tener niveles que no llegan al absoluto (por eso de que “todos copiamos a algo o alguien”) pero en mi caso no puedo evitar sentir que cada cosa que hago la he visto antes en otras manos, aún cuando la mayoría de las veces no encuentro a quien está refiriéndome la memoria.

“Nada habrá que antes no haya habido; nada se hará que antes no haya sido hecho. ¡Nada hay nuevo en este mundo!”

Esta debería ser la sentencia que adormezca definitivamente mi inquietud por buscar al paralelo que produce estas ideas. Por supuesto, existe la “influencia”; y amparado en mi ignorancia, podría asirme de este término para justificar mis plagios involuntarios, pero mi conciencia reniega de este recurso y me lleva a prolongados ejercicios sin conclusión cabal tratando de conocer su identidad.

Puedo suponer, desde luego, que no se trata de uno solo. Podría buscar, como primer ejercicio, un referente para cada actividad realizada. Buscar el prototipo en la música, en la arquitectura, en las letras, mirando solamente rasgos generales en los hechos comparados. Si trato de hacer una comparación más detallada, el ejercicio se complica enseguida al encontrar decenas de afluentes en cada rama, y más aún al momento de reconocer antagonistas reclamando la autoría de las mismas obras.

“Nunca faltará quien diga: ‘¡Esto si que es algo nuevo!’ Pero aún eso ya ha existido siglos antes de nosotros”

¿Este collage de intenciones creativas alcanza para justificar la proclamación de algo realmente novedoso? Seguramente no. Si he podido resumir dos posturas tan diferentes, es también posible que alguien más lo haya hecho, aún presentando los mismos encuentros bizarros de personalidades.

Debo replantear mi búsqueda. Puedo partir entonces reconociendo las formas en lo creado. Tanto las que están en lo enunciado como en la estructura de los párrafos, en las líneas y aristas como en los espacios, en las escalas como en los acentos; todo responde a un patrón íntimamente conocido que solo me falta asociarlo con alguien en concreto. ¿Pero quién? No consigo reconocerlo (si acaso en algún momento lo conocí), aunque pareciera estar tan fresco en mi memoria, por la reiterada apelación a sus recursos, por la facilidad que encuentro para copiarlo… pero es en vano y tampoco funciona el camino inverso que trata de develar el momento en que la forma aún invisible se implanta en la cabeza, inquiriendo atrás en el tiempo los modos en que puede haberse gestado, así como los lugares donde pudo haber sido adquirida. Su sustancia una vez más se rompe en fragmentos tan diversos que es posible asociarlos a múltiples y contradictorios orígenes.

Al final, luego de agotar los pasillos del espiral arquitectónico del pensamiento y del universo, desisto en mi tarea de identificar al espíritu afín a mis balbuceos, porque en sus infinitos corredores un reflejo me hace caer en cuenta de que, más allá de cualquier influencia, las apelaciones y referencias que me saben más conocidas se deben a que he estado copiándome a mi mismo.

Cursivas: Palabras del Rey Salomón, Libro de Eclesiastés – La Biblia.

Imagen: Lada Adamic - Hand Reflection

8 comentarios:

  1. El tema de la influencia siempre se me antojó en extremo delicado; en el caso de la literatura, o la filosofía, es mucho más probable que uno "plagie involuntariamente" algún autor, que en la música uno "se copie sin querer de un compositor". Es evidente que las influencias se presentan al escribir una novela y ser un lector archidedicado a Heidegger; sin embargo, se puede ser compositor de jazz y escuchar, fanáticamente, punk rock. Se debe a una diferencia sutil en los métodos de creación artística.
    Escribir novelas requiere de ideas, escribir música, no necesariamente; sentarse, y tocar, sin saber qué desprenderá el instrumento, basándose en errores técnicos (que a la vez, no son errores).
    Desarrollar una novela asi, no lo imagino -¡será porque no soy escritor!. Pero no es lo mismo dejar que el dedo falle de tecla, que la pluma vaya en un sentido u otro -técnica, más bien, de pintor.

    Olvidé la idea principal de la entrada... considero entonces que divagué, asi que (mejor) me marcho. Saludos.

    ResponderBorrar
  2. Tony: estoy de acuerdo en parte con lo que expones: es cierto que poquísimas cosas hay nuevas u originales a la hora de escribir, pero no creo que plagiemos a nadie más, que como tú bien dices, a nosotros mismos. Esa impresión también la tengo yo. Recibimos influencias de todo cuanto nos rodea y podemos “copiar” ciertas maneras o tendencias, pero siempre adatándolas a nosotros mismos. Muchas veces lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice, y creo sinceramente que en eso damos nuestro toque, bueno o malo, personal.

    Te mando como siempre besos.

    ResponderBorrar
  3. Nos debemos a una "imágen y semejanza" ¿cómo pues no encontrar similitudes en otras ideas, en otras letras, en otras expresiones? por muy extrañas que sean, por mucho que resientan a nuestros más acendrados conceptos, al final el hombre es trigo o es paja...¿me entiendes? Un abrazo.

    ResponderBorrar
  4. Estoy de acuerdo contigo, ha corrido mucha agua debajo del puente y se repite y se repite, salvo cuando "inventamos" una palabra, o un modismo como podemos estar seguros que antes nadie lo dijo igual en algun punto del planeta o en algun punto distante del tiempo, no se si plagiamos, no se si copiamos, no se si pensamos igual en diferente tiempo y espacio, lo cierto que siempre pienso que ya "Todo esta dicho, del derecho y del reves"
    Un placer pasar por aquí lo habia hecho hace tiempo pero perdí la ruta, gracias a topacio te volví a encontrar

    anngiels meditando

    ResponderBorrar
  5. La novedad se maneja de forma individual en mi punto de vista... creo que cada cosa es nueva ante los ojos de cada persona sin importar que alguna vez existió....

    Las cosas que tal vez sean nuevas para mí no precisamente lo sean para ti y viceversa....la vida se acaba y no terminamos de conocer el mundo.

    Besos.

    ResponderBorrar
  6. Para mi descubrir tu blog ha sido una grata novedad Tony, es distinto a otros y muy significativo y respecto a lo que dices de copiar....
    "No hay mejor hecho que copiarse el alma de uno mismo, porque siempre sera original"
    Besos y gracias por las veces que te pasas por mi infierno

    ResponderBorrar
  7. Hombre, Tony, muy buen escrito el tuyo; me ha dado mucho gusto venir a visitarte un momento y encuentro que estoy enfrente de tu lucidez: te felicito por la claridad de tu texto, por lo que me dice, por su referente bíblico milenario. Goza de cabal salud tu blog y eso me agrada.
    Te saluda Héctor Leonel (utopista).

    ResponderBorrar
  8. NOVEDADES DEMORADAS: Aunque no siempre respondo de esta forma, el tema y sus palabras me alientan a hacerlo.

    Leo sus comentarios con mucha atención y me alegro que hayan brindado de su tiempo para conocer este escrito, como también el compartir sus impresiones respecto de la creación artística.

    Vuestras palabras me ayudan en todos los casos a comprobar que nuestras disímiles influencias llegan a conformar la totalidad de lo que con tanta confianza llamamos “nuestras” creaciones. Es así como podemos leer y tomar algo de un poeta a la hora de escribir un relato, o escuchar música clásica y ejecutar heavy metal reflejando las influencias de la primera, e inclusive traspasar los límites de una disciplina para hacer, por ejemplo, un edificio utilizando una metáfora musical… en cualquier caso, nuestro espíritu siempre podrá aportar algo nuevo, y reconocer algo familiar en cada creación, por ser hechos a imagen y semejanza, pero a su vez infinitamente especiales y particulares.

    Me gusta la idea de la novedad individual… de la misma forma en que no existen garantías de estar creando algo nunca visto, las cosas son originales en la medida en que surgen de nosotros sin haber pensado “robar” una idea. En este punto deja de ser importante si lo creado existía antes o no, porque si algo salido de nuestro interior nos genera novedad, si una copia de nuestro espíritu nos sorprende gratamente, es porque estaremos percibiendo algo en nosotros que hasta entonces había estado oculto a la conciencia.

    Utopista: amigo, es un gusto leerte por aquí. Se extrañan tus letras y tu blog en nuestro recorrido habitual, pero es muy grato ver tus huellas en estos sitios, espero que podamos seguir leyéndonos…

    Les agradezco una vez más por sus palabras y por acompañarme en estas exploraciones. ¡Saludos a todos!

    ResponderBorrar

Santalum

Volvieron los días fríos y con ellos la acuciante necesidad de recordar su calor. Miradas indirectas de sonrisas ignorantes, inconscientes d...