El encuentro

En un instante desde sus ventanas, la trayectoria se había trazado. Y su diana (el centro mismo de mi frente) no tuvo ninguna oportunidad. En una descuidada exploración, comprendí el ataque inminente: su lazo me envolvía y mi voluntad estaba sujeta; aunque su nudo era suave, no podía escapar o siquiera ocultarme.

Tensión en segundos eternos: una recta línea se sostenía sola, casi dotada de dimensiones cabales, fluyendo en ambos sentidos y sin afectarse ni considerar ninguna interrupción. No podía ser escindida porque su materialidad era más fuerte que la nuestra, más real y contundente que cualquier objeto.

En un momento el tiempo no fue más y el espacio se convertía en un corredor infinito, sin fondo, sin formas definidas, solo fugaces partículas que se trasladaban constantemente a nuestro alrededor y también nos atravesaban. De repente podía observarme desde el otro lado ¿Dónde estaba en realidad? ¿Cuál de los dos había desatado esta magia, o era cosa de ambos? Estaba acá y allá (allá y acá), en el mismo instante, en ese mismo fragmento eterno que había escapado a las rígidas reglas universales… ¡Magnífico sentimiento, sin conclusión, prolongado con ritmo constante! Ya no solo me encontraba en dos lugares, sino también en cada punto intermedio, sin cuerpo ni dimensiones, observándola desde cada ángulo, encontrándonos en cada recodo del universo, en el principio de los tiempos y también en un futuro inaprensible para nuestros sentidos.

Súbitamente, la magia de aquel perfecto estado empezó a disgregarse amenazado por una ráfaga de lucidez. Entonces me inquietó el no saber como había de volver en mí, perdido todo el control que creía tener…

Todo cesó al reconocer mi propio nombre, muchas veces repetido, y al percibir nuevamente el espacio como antes. Intenté fingir estar completamente presente pero sabía que había resignado parte mía, a cambio de algo nuevo, adquirido casi sin pensarlo en aquel dilatado abrir y cerrar de ojos.

Fotografía: Susan Derges – Observer and Observed (1991).

Comentarios

  1. Misteriosa e inquietante historia en la que nos envuelves. Me ha sorprendido y me ha gustado.

    Te mando besos.

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  2. Lo prometido es deuda!!! jijiji
    Así que acá me tenes Tony.
    Muy bueno! la parte que más me encanto fue...

    "Súbitamente, la magia de aquel perfecto estado empezó a disgregarse amenazado por una ráfaga de lucidez. Entonces me inquietó el no saber como había de volver en mí, perdido todo el control que creía tener…"

    *Segui expresando estas bellas palabras!!!
    Adios!

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  3. Increible me ha encantado, desborda imaginacion en todo el relato, o quizas no, digo esto porque el caso que describes en tu texto, quizas pudiera ser lo mas parecido expresado con palabras a lo que puede ser el alma, cuando abandona el cuerpo al morir.
    Muy bonito...y por cierto animate con el jueguito musical, no es tan dificil, aunque si es dificil seleccionar canciones entre muchas.
    Un abrazo
    ¡Long live Rock'nRoll!

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  4. Si me permites, aprecio y felicito ese claro signo de progreso en tus "ocurrencias"; se puede decir tanto con pocas palabras, se puede recrear lugares y situaciones con un fresco sabor.... y siempre privilegiar el correcto manejo de nuestro precioso idioma. Por todo ello: ¡mis parabienes!

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  5. El mundo, grande mundo cibernetico y tan pequeño, grato haberte visto tony.
    Vamos a taconear un rato por estos tus lugares.

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