6.3.10

el fin de la vigilia

Repasa recuerdos sin advertir que ha quedado congelado: las imágenes marchitas y descoloridas de otra vida son deslumbradas por una melodía azul que tiñe de confusión los ojos del ayer, que fusiona los bordes de sus relatos.

Pero debe atravesar primero la esfera del conflicto, ese lugar donde una idea nueva domina a la anterior subordinando a una ilusoria noción de racionalidad y metabolización el verdadero errar de cargas, de sedienta necesidad indefinible. Una necesidad que por momentos alcanza a intuir un aroma, ansiando mil futuros perfumados de anhelo… sus sueños, los mismos que arrebatan sus sentidos para tomar control cuando otros solo miran sin observar, buscan vivir y escapar a la cruel cárcel del olvido y la postergación. Desean desplegar alas de plomo conociendo de antemano su destino.

Y mendigan por suspiros dedicados los retazos de realidad, aguardando en vano un despertar ya imposible.

2 comentarios:

  1. Enigmático y por momentos desconcertante...¿Por qué unos sueños podrían tener alas de plomo? Si se tratara del definitivo y final dulce sueño, en el cual todas nuestras fatigas y ansiedades cesarán, no hay lugar a la duda, estando libres ¡por fin! del peso que nos asedia nos remontaremos dichosos, como vislumbró el gran Goethe: "¡A la Luz!".
    Los cotidianos sueños, aquellos que nos renuevan e impulsan para la diaria lid, podrán transformarse —ya sea en magnitud o propósito— pero siempre alimentarán el deseo de hacerlos realidad, por mucho que sus pobres alas sean de plomo...Te abrazo, querido Tony.

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  2. Se trata más de una impresión momentánea respecto de expectativas demasiado altas. Pero seguro pueden transformarse en algo positivo cuando son racionalizadas.

    Saludos y gracias por estar ahí! (Ya llevo un post más que el año anterior, algo es algo...)

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