5.12.06

Una historia personal de telecomunicaciones

En cualquier período de la Historia de la humanidad, las comunicaciones han cumplido un rol fundamental en las sociedades. Hoy el mundo y nuestros sistemas parecen insostenibles sin la tecnología en comunicaciones que lleva menos de medio siglo entre nosotros.

Aunque con un cierto retraso y un importante valor agregado, los adelantos en comunicaciones eventualmente llegan a este tercer mundo. Tenemos redes y comunicaciones satelitales que nos proveen conexión con el resto del mundo. Contamos con teléfonos, Internet y terminales celulares disponibles para la población de poder adquisitivo medio, casi como en cualquier otro lugar del mundo desarrollado. Pero el “casi” tiene un peso muy importante a la hora de hacer una comparación real.

Unas cuantas observaciones personales al respecto. Hace seis años, viajando por Bolivia conocía lo que ya era estándar en comunicaciones celulares en Europa: la tecnología GSM. Por entonces adquirir un celular en Bolivia para traerlo a Argentina era inútil, ya que en el país aun no se contaba con esta tecnología. Solo tiempo después su implementación se hizo efectiva, primero en algunas provincias (las de mayor afluencia turística) y posteriormente en todo el país.

Por entonces, las conexiones de “banda ancha” a Internet también eran escasas, debido a su costo prohibitivo para la clase media que atravesaba la mayor crisis económica del país. Un par de años después y con la llegada de costos más accesibles tuve la posibilidad de contar con este servicio en mi domicilio, que ha facilitado mucho mi trabajo, pero también ha traído sus inconvenientes.

En principio, el servicio funcionó aceptablemente, pero al poco tiempo, Telecom, una de las dos grandes empresas que nuclean las telecomunicaciones en Argentina, y la única disponible entonces en esta región, decidió poner un límite ridículo al volumen de transferencia de datos para los usuarios de ADSL. Luego de una serie de reclamos, la idea de lucrar con el “excedente” inevitable no prosperó.

Hoy Arnet, el proveedor de servicios de Internet de Telecom, hace atractivas ofertas que parecen muy lejanas a aquellos conflictos. Además de regalar el dispositivo necesario para la conexión a banda ancha, hace un descuento importantísimo en los 3 primeros meses. De esta forma, en los dos últimos años ha habido un aumento muy importante en la cantidad de usuarios de ADSL, pero sin embargo, este crecimiento no ve su reflejo en mejoras por parte de las prestadoras. Quienes originalmente nos conectábamos a una velocidad de 512Kbps hoy tenemos un servicio de 2.4Mbps (cuatro veces superior), sin embargo, la velocidad real de conexión no siempre es esta. Se trata del servicio más costoso en el país mientras, por ejemplo en Inglaterra, se puede conseguir casi por la mitad del mismo precio una conexión diez veces más rápida (sin establecer una comparación de lo que significa en términos relativos ese precio en Europa y en América)

En proveedores de Internet (ISP) es posible optar por otras compañías además de Arnet, que brinda el servicio más económico pero menos confiable. Pero de cualquier manera, todos dependemos inevitablemente de Telecom. En los últimos 15 días, el servicio de banda ancha para todos los proveedores cayó tres veces por varias horas, y el primero afectó una jornada completa. Es impensable que el corte de un cable deje sin Internet a una región del país en cualquier momento pero los servicios de telecomunicaciones siempre se caracterizaron por este tipo de eventualidades, debido al monopolio de los mismos ejercido por Telecom y Telefónica, la primera en el norte y la segunda en el sur del país. Pedir una línea telefónica fija, aún en los primeros años de la década del 90, era comenzar una odisea nada económica que podía extenderse por años (literalmente), y durante la cual dejar la casa sola podía significar que el instalador no encuentre a nadie y posponga su visita a un futuro directamente proporcional a nuestra ansiedad por ocupar esa superficie sobre la mesita de la sala que ya comenzaba a resultar fatigoso limpiar de polvo.

Para terminar, la cereza del postre: mientras escribo esto, luego de haberme negado a abandonar por mucho tiempo mi celular por uno más nuevo y de tecnología GSM (y a menos de un mes de haber realizado el cambio convencido por los insistentes llamados de la compañía que quiso hacerme sentir cuan “old fashion” era mi terminal que iba para los cinco años de fiel servicio), la pantalla del nuevo aparato señala la caída del sistema con el mensaje: “Sólo emergencias”.

¿…será tiempo de probar con telepatía?

(*)Imagen: Alexander Graham Bell hablando por teléfono [TONY]

3 comentarios:

  1. He leído con mucho interés tu aventura con las telecomunicaciónes que, sospecho, no debe ser muy diferente de otros usuarios de tu país. En España los problemas son más en cuanto a la velocidad de conexión por internet y el coste. También prometen una cosa y luego dan otra, a precios más altos que en otros países europeos, pero en fin, veo que comparativamente no nos podemos quejar. La verdad es que es una suerte que podamos contar con una forma de comunicación tan rápida y tan extraordinaria (a poco que se piense)¡Qué habrían hecho los romanos de haber contado con adelantos así...! Saludos cordiales.

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  2. Jajajajaja...lo que me has hecho reir con tu post ¿te cuento porque?, pues porque tu amiga que te escribe, fue durante mas de 8 años Secretaria de Direccion en una muy importante CIA española de Telefonia Móvil cuyas siglas son MS, y para colmo ¡¡odio los moviles!!...yo creo que por ser tan sincera y decir que odiaba estos aparatitos que coartan la intimidad, me dieron el trabajo,jajajaja...
    Un besito grande.
    Tienes una bella y dura historia para opinar , solo debes trasladarte a mi espacio :D

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  3. Querido Tony:

    ¡Qué pases unos días muy agradables estas fiestas rodeado de la gente que quieres, y qué 2007 te regale grandes momentos de plena felicidad! Aunque recuerdo bien tu opinión sobre la Navidad, que anda muy de la mano de la mía, no quería desaprovechar la ocasión para ponerte unas letras y hacerte llegar mi afecto.

    Un gran abrazo con mucho cariño.

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