Cuenta regresiva
Cuenta regresiva
El Anciano se incorpora sobre su lecho. Sus memorias serán consultadas nuevamente y quizás por última vez.
El ciudadano más antiguo, próximo a cumplir 1238 años, vive recluido junto con los pocos sobrevivientes de su especie y sus signos vitales advierten que no le queda mucho tiempo sobre este mundo.
Los actuales habitantes no recuerdan como llegaron a donde están hoy, y quizás es este su mayor defecto. Su objetividad los hizo incapaces de tener memoria y los únicos registros que quedan son aquellos que consiguen extraer de la raza antiguamente dominante, a cuyos especimenes tratan de mantener con vida el mayor tiempo posible. No saben ni pueden saber que cada paso los conduce hacia la inminente extinción que los oráculos anticiparon antes que el olvido se encargara de ellos también.
Los elementos para el último “rescate de memoria” están listos y solo falta la aprobación del Consejo para proceder. Impacientes, los mecánicos observan la cuenta regresiva que se acerca vertiginosamente al punto que marca la crisis final, más allá del cual todo esfuerzo será inútil.
Aun desde el completo olvido, sus temores les indican que la vieja raza sobrevive en las entrañas de la ciudad. Nunca los han visto, pero su presencia se siente en cada rincón y su amenazante sombra los perturba. Su fantasma debe ser expulsado para siempre, pero ¿como enfrentar lo que se desconoce? La espectral resistencia cuenta en su favor con algo que los invasores codician: recuerdos. Como una red invisible pero inquebrantable estos mantienen la unión simbiótica con su antiguo hogar, aquel que solo conocen por referencias pero aún esperan ver con sus ojos.
Cuando ya queda poco tiempo llega finalmente la autorización y se inician las tareas programadas con celeridad. Pero en pocos minutos, el agotado ser ha terminado su ciclo vital y los esfuerzos se ven frustrados definitivamente.
El arribo del Anciano es sorda pero jubilosamente celebrado por la resistencia y la noticia estremece todos sus hilos. Ahora, solo es cuestión de tiempo…
Inquietante cuanto de ciencia ficción el que nos presentas Tony. La memoria, ¿quiénes seríamos sin ella? Como sueles hacer en ciertos textos, me dejas con ganas de saber mucho más. Gracias por rescatarlo del olvido para compartirlo con nosotros.
ResponderBorrarTe mando besos amigo.
Ana: Gracias a vos, amiga. Pensá que quien realmente salva del olvido estas letras son los lectores...
ResponderBorrar¡Besos!
Quien salva de la muerte una memoria es otra memoria...gracias por compartir excelente relato que guardare en mi memoria.
ResponderBorrarUn abrazo
¡Ah, los recuerdos! ¿Qué sería de nosotros sin recuerdos? Una conocida máxima empieza diciendo: "Los pueblos que no tienen memoria..." la conoces,¿verdad? Este cuento plantea magistralmente el enigma de la carencia de recuerdos. Muy bueno.
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