Rompo el silencio para presentar dos nuevas animaciones, esta vez con la temática de los autómatas celulares. Se llama así a un conjunto de celdas generadas automáticamente a partir de una configuración inicial y de reglas preestablecidas. Quizás el conjunto de reglas más conocido sea el llamado “Juego de la vida” ideado por el matemático John Conway (que determina la supervivencia, nacimiento o defunción de una célula en función de la cantidad de vecinos que la rodean), aplicado en el primer video. No obstante, la elaboración de reglas propias puede enriquecer la experiencia cuando estas son pensadas y aplicadas adecuadamente.
El primer video surgió tras encontrar una de las doscientas cuarenta soluciones que presenta (según el mismo J. Conway) el rompecabezas conocido como “cubo Soma”, formado por siete policubos diferentes. Luego de extraer un par de piezas al azar, estamos en condiciones de aplicar el “Juego de la vida” a la configuración resultante durante 3 generaciones sucesivas, pero en lugar de hacerlo tridimensionalmente, se emplea un vecindario de Von Neumann bidimensional tomando capas verticales. De continuar con el ejercicio podríamos apreciar que las formas generadas se vuelven redundantes a partir de la 5º generación, mientras que un vecindario tridimensional presentaría una variedad mucho más atractiva.
El segundo video es un concepto arquitectónico elaborado a partir de autómatas celulares unidimensionales.
1º Partiendo de una configuración de celdas azarosa dispuestas en fila, la aplicación de un conjunto de reglas de supervivencia elegido produce una malla bidimensional compuesta por 20 generaciones de autómatas lineales.
2º Una vez obtenida, la malla se “traduce” a la tercera dimensión estableciendo una regla para determinar la altura de cada uno de sus puntos. En este caso, cada segmento atraviesa cinco celdas que determinan la altura en metros del próximo punto de la malla en función de la cantidad de celdas vivas que presente.
4º Antes de continuar, se realiza el planteo funcional del edificio (en este caso un Centro de Arte y Diseño), para luego adecuar la malla tridimensional de geometría no convencional y los espacios euclidianos propuestos en un único resultado formal.
5º Un concepto paralelo se emplea para desarrollar la materialidad de la envolvente: mientras algunos sectores son totalmente transparentes, otros deben tamizar la luz en forma puntual.
El resultado final es una suerte de anteproyecto formal arquitectónico, pendiente de muchos ajustes en cuanto a estructura y función, pero de un aspecto bastante novedoso, favorecido por las búsquedas formales en la geometría no convencional. Cabe mencionar que este proyecto se desarrolló en el marco de la materia electiva “Arquitectura Fractal” dictada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT y que fomenta la exploración de geometrías no euclidianas y su posible aplicación en la arquitectura.