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Mostrando las entradas de octubre, 2005

Malas palabras

Cada día estoy más convencido que hay un verdadero desprecio por el idioma. Recuerdo que al tiempo de la aparición del chat, en nuestras primeras sesiones, cuidábamos (como en cualquier medio escrito) la ortografía y las expresiones, porque contrariamente al habitual argumento, no veíamos la imperiosa “necesidad” que lleva hoy a deformar el lenguaje en forma tan extrema. Es cierto que, debido a los antiguos teclados en ingles, evitábamos tildes y otros caracteres (ñ) difíciles de insertar sin conocer su código, para hacer más fluida la conversación y la mayor destreza consistía quizás en escribir tan rápido como era posible, contemplando alguna abreviatura clásica como el reemplazo de el “que” por la “q’”. Con la llegada de los teclados en español, esta limitación desaparecería, pero el idioma sufriría una degradación aún mayor, por pereza o por moda, con el surgimiento de nuevos usos en las salas de chat. Ahora, la generalizada tendencia de importar los innecesarios modismos del ...

El otro

El cambio comenzó otra vez… Podía ver las señales… La piel se tornaba diferente y así también sus rasgos; las uñas y el pelo experimentaban un crecimiento anormal, y él se encontraba impotente frente a los acontecimientos. El sopor se alejaba rápidamente… estaba sobrio. Después de tantos años, se había acostumbrado a su presencia… la presencia del animal. Ese que lo tornaba diferente sin hacerlo irreconocible, y que se apoderaba de él en largas noches privadas de sueño impulsándolo más allá de los límites de su capacidad. Ese que había modificado su carácter para mantenerlo dependiente de la vigilia. Ahora apenas podía diferenciar cuando era quien y sólo la transformación lo hacía evidente. No recordaba la primera vez que sucedió. Quizás fuera tiempo atrás cuando contemplando de reojo su reflejo advirtió que quien lo miraba tenía un rostro diferente, una expresión ajena. No le dio mucha importancia en ese momento, tal vez por la elevada hora de la noche. Solo cuando la presen...

Quemar las naves

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Hasta aquí haber llegado… Pensar en cuanto aún resta y que la conquista recién ha empezado, más ahora de la decisión es el momento. Quemar las naves, quemar mis naves. Abandonando quizás seguridades, dejando la comodidad, gran ambición guía los propósitos. Arriesgarse. Creer, aunque así no fuera, que no hay vuelta atrás, ni posible retorno. Anhelando pelear hasta alcanzar la victoria… o morir contemplando la gloria.

Inspiración

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía… eres tú. ( Rima XXI - Gustavo Adolfo Bécquer ) ¿Como habría de faltarme la inspiración? Habiendo renunciado a mitológicas musas, quiero ahora quedarme con la única que es real. No quisiera prorrumpir más en quejas, y tan solo deseo entregarme a los designios de tus pupilas. ¿De donde brotarían los versos, sino de tus fuentes? En ellas, claras como espejos, me encuentro detrás de un reflejo. Entonces, quiero ser uno con las palabras que emergen, y así confundirme en el sueño de letras y signos, plasmandome sobre un papel para siempre. Soy las palabras que este cálamo hoy sangra, y tú… tú eres la poesía.

Un poco de maquillaje...

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Después de aproximadamente 10 meses de haber comenzado este blog hoy decidí cambiarle la cara un poco. Nada del otro mundo. Dentro de la acotada posibilidad de edición de la plantilla me dediqué a tocar la cascada de estilos y mover un poco las cosas… como cuando uno decide mover los muebles de su lugar, sin mayor razón aparente que el deseo de romper un poco la rutina a la que se someten los sentidos. Me interesaba cambiar un poco la estructura que presenta la plantilla que usaba y sentirlo un poco más “personal”, sin meter demasiadas cosas ajenas… Así fue: mover un módulo por aquí, cambiar este texto, tirar este otro… Y aquí está. Este post es casi un pretexto para cambiar la imagen del encabezado, así que, nada más por hoy…

Ruina

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La casona se encuentra en una esquina y carece de límites… sólo queda una reja oxidada que le confiere un aire misterioso. La llamativa ruina se encuentra sobre la avenida principal de la ciudad, que conecta con la otrora ciudad satélite. Justo frente al parque, pareciera ser una extensión de este mismo, y la costumbre de transitar por esta vía lleva a ignorarla y unirla conceptualmente con el vasto espacio verde del otro lado de la avenida…

¡ADVERTENCIA!

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Si bebe, no conduzca...

Improvisando...

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Me senté empuñando la guitarra por el diapasón y asumí la posición acostumbrada. Percibía, sin embargo que no era una habitual práctica: las manos tibias, los dedos ligeros y el espíritu dispuesto… Descansando su costado, la caja ya pintaba los sonidos aún sin haber tocado una cuerda… esa sonoridad de su espacio interior, las cuerdas acariciadas por el ambiente, daban como resultado una melodía casi inaudible pero perfectamente visible y casi palpable, rompiendo el silencio hasta ahora reinante en la habitación. Sentí el perfume de la madera y deslicé la mano por encima de las cuerdas… ahora las escalas resonaban en el silencio, como si vinieran de un lugar lejano y rebotaran en el espacio. Recordaba escalas clásicas y barrocas, y disfrutaba al mismo tiempo el particular matiz que la guitarra clásica les dio, vibrando como si viajaran a través del tiempo para llegar a los oídos. La mano izquierda estaba ahora completamente suelta, y la diestra se unió a la ejecución. Esta decidió h...

Miradas cruzadas

El pequeño se detuvo una vez más para contemplarlo. El circunspecto rostro concentrado en el diario y el café, le inspiraba respeto, y a la vez disfrutaba cuando él hacía un alto en su silencioso examen y le leía alguna noticia. No tenía la menor idea del significado de todas esas palabras, pero estaba seguro que debían ser muy importantes… y ponía la mejor cara de asombro al tiempo que asentía al relato. Era entonces cuando a través de las gafas –aquel adminículo indispensable para comprender las palabras, adminículo que él aún no tenía- los verdes ojos adquirían ese conocido brillo al tiempo de fijarse en él y le devolvían una sonrisa. Lo observaba también cuando la expresión de sus ojos se oscurecía y el ambiente se entristecía, cuando parecía preocupado por alguna noticia. Entonces aprovechaba para contarle lo que le había sucedido, aquel juego que había inventado, o las ingeniosas deducciones que siempre lo divertían y podía observar como los ojos recuperaban su brillo a...

La raza superior

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En estos días que se aproxima una vez más el tiempo de debates por las colonizaciones y demás sucesos acontecidos hace más de cinco siglos, quiero reflexionar sobre un aspecto, sin ánimo de polemizar: nuestro concepto de “razas”. En el día a día somos testigos y a veces nos enfrentamos a la discriminación. Aunque existen discriminaciones de muchos tipos, algunas son más habituales, como la de géneros, ideas y religión, pero una que quizás se pensaba superada en algunas sociedades, aún se encuentra muy vigente: la discriminación racial. Mucho ha acontecido en torno a las razas en la antigüedad, y tristemente, aún el día de hoy: La discriminación europea a los americanos (racial e intelectual) y judíos, la discriminación de los americanos a los pueblos indígenas y a los mismos europeos, acompañada de antiguos resentimientos que buscan revivir en estas fechas, la discriminación por color de piel, pretendidamente disimulada en Sudamérica bajo el argumento de ser un “crisol de razas”. ...