La raza superior

En estos días que se aproxima una vez más el tiempo de debates por las colonizaciones y demás sucesos acontecidos hace más de cinco siglos, quiero reflexionar sobre un aspecto, sin ánimo de polemizar: nuestro concepto de “razas”.

En el día a día somos testigos y a veces nos enfrentamos a la discriminación. Aunque existen discriminaciones de muchos tipos, algunas son más habituales, como la de géneros, ideas y religión, pero una que quizás se pensaba superada en algunas sociedades, aún se encuentra muy vigente: la discriminación racial.

Mucho ha acontecido en torno a las razas en la antigüedad, y tristemente, aún el día de hoy: La discriminación europea a los americanos (racial e intelectual) y judíos, la discriminación de los americanos a los pueblos indígenas y a los mismos europeos, acompañada de antiguos resentimientos que buscan revivir en estas fechas, la discriminación por color de piel, pretendidamente disimulada en Sudamérica bajo el argumento de ser un “crisol de razas”. Estos por mencionar solo algunos que pueden ser familiares de “nuestro lado” del mundo. Luego de recordar estas lamentables muestras de odio e intolerancia, es altamente sorprendente descubrir que lo que conocemos y entendemos como razas NO EXISTE.

Con esta afirmación, apunto al hecho de que las razas no existen desde un punto de vista biológico, a pesar de que si existen en nuestros conceptos culturales.

- El color de la piel no está relacionado con nuestro origen genético.

- Las variaciones entre los distintos grupos son adaptaciones al medio ambiente

- Evolutivamente, la especie humana es tan joven que no tuvo tiempo todavía de dividirse en grupos biológicos

- Hay solo un 0,01% de diferencia entre individuos.

Este 0,01% es el controla nuestra apariencia física, hace tiempo ya que antropólogos y científicos concuerdan en que la población mundial completa desciende de un reducido grupo del África, e inclusive es conocido el postulado del ADN mitocondrial que nos liga a UN solo antepasado común.

¿Qué tan diferentes son las “razas”? Algunos datos interesantes al respecto:

- Entre un keniata y un masai hay mas diferencia genética que entre un europeo y un aborigen australiano.

- La población de Brasil deriva de tres grupos étnicos, los amerindios, los europeos y los africanos. A lo largo del tiempo estos grupos se han mezclado. Sin embargo, algunos son considerados como blancos mientras que otros son percibidos como negros.

¿Por qué insistimos en diferenciar razas? Procedencia, rasgos o color, supuestamente unidos a una cierta cultura son increíblemente superficiales (recordemos, 0,01%) y han sido empuñados por los racistas por mucho tiempo. Estas ideas ciertamente no cuentan con un respaldo científico y el concepto de raza que presentan es más bien arbitrario. Se que estas líneas no van a aplacar los ánimos racistas de nadie, pero tampoco fue esa mi intención desde el principio.

Tan sólo quisiera que aquellos que tengan la capacidad y madurez para reflexionar puedan apropiarse de estas palabras y perdonar odios y rencores. Podemos ver que en el Día de la Raza, aquellos viejos odios son producto de cuestiones culturales y no de una verdadera diferencia entre nosotros. No defendamos “razas” inexistentes, sino trabajemos para enlazar nuestras sociedades. Cada año tengo la esperanza de pasar por el monumento al encuentro de dos mundos, y comprobar que aquella “raza de vándalos” que se dedican a destruir pensando que hacen algo muy noble se haya extinguido, junto con las “razas” de intolerantes, separatistas, rencorosos y demás que no precian el pertenecer a la Raza Humana.

Comentarios

  1. Un artículo que viene al caso...

    Un test en Internet asegura poder descifrar si una persona es o no racista

    Es un tema bastante complicado y muy serio. La convivencia de muchas y diferentes razas étnicas existe en muchos países, o en casi todos, y lamentablemente muchas personas de esos países, incluido el nuestro por supuesto, no se bancan convivir con otras culturas y religiones. El racismo es un mal que supera fronteras y tiempos, no hace falta recordar personajes nefastos (léase Hittler, Mussolini, Stalin, entre otros) y persecuciones históricas para ver la magnitud de éste tema. Y hoy sigue vivo. Quizás en nuestro país el tema se hizo más fuerte por lo que le ocurrió a un jugador de fútbol de Quilmes, cuando fue preso por “discriminar” a un colega suyo dentro de la cancha de juego. Y ahí empezó una especie de discusión alrededor del racismo, si ésta persona lo era o no y quién lo es y cómo darse cuenta, ¿Pero se puede dar cuenta una persona si es o no racista? .

    Muchos profesionales afirman que es un tema inconsciente y que es muy difícil saberlo, pero un grupo de académicos estadounidenses diseñó una prueba que promete destapar los prejuicios que se esconden en el subconsciente. Y la colgaron en la Red (https://implicit.harvard.edu/implicit/). El test, aseguran, puede ser aplicado para todas las connotaciones del racismo, o sea, no sólo por temas como la raza, también para detectar las preferencias innatas de los heterosexuales frente a los homosexuales, los flacos frente a los gordos, los altos y los flacos, etc. Los usuarios clasifican adjetivos calificativos como "maravilloso" o "desagradable" en categorías de bueno y malo. Luego hacen la misma clasificación con fotografías de caras de personas de raza blanca y negra. La idea es contestar tan pronto como sea posible para dar una respuesta verdaderamente honesta y no una socialmente aceptable o correcta, ejercitando lo que se conoce como "control cognitivo".

    De acuerdo a los resultados los usuarios pueden saber si tienen una tendencia racista ligera, moderada o fuerte. De este modo, según los investigadores, se puede obtener un verdadero retrato de nuestras actitudes. Eso le ocurrió a uno de los investigadores, Brian Nosek, de la Universidad de Virginia, quien descubrió en sí mismo actitudes que no conocía. "Hice el test y pese a estar convencido de mis creencias sobre un trato igualitario para todos, tuve más dificultades poniendo las caras de raza negra en la categoría de bueno”.

    Por Rafael Roa.

    fuente: http://weblogs.clarin.com/conexiones/archives/001755.html

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