El deporte sin altura

Que el futbol de las estrellas es un negocio multimillonario lo puede reconocer aún el más fanático seguidor de cualquier camiseta. La pasión que siente un hincha por sus colores y su club siempre dará buenos réditos a quien pretenda especular con ella y como en cualquier negocio, quien vislumbra primero la oportunidad tiene la posibilidad de sacarle las más jugosas ganancias. Aunque el futbol no se encuentra entre mis predilecciones deportivas (tanto para observar como para practicar, prefiero el básquet), he aprendido a apreciarlo. El vivir en un país donde este es el deporte nacional, país cuna de uno de los mayores genios (si no el más grande) en la cancha y donde se percibe esta pasión en cada persona, hace una tarea casi imposible el ser indiferente. Por otra parte, atesoro entre mis recuerdos más preciados algunas frías tardes de invierno (como las que se viven anticipadamente en estos días), tardes de mis primeros años en Tucumán, visitando durante los entrenamientos, la canch...