impresiones erráticas
El gigante se alza imponente desde el piso y aunque no me dirige la mirada puedo adivinar lo que su altiva cabeza y su infinito conocimiento quieren decirme. Ha ganado una vez más la batalla. Año tras año sucede lo mismo, cuando decido fatigar sus rincones y ávidamente empiezo a recorrerlos, puedo anticipar que el tiempo es insuficiente y aún así me entrego a la tarea interminable...
Pero así como el saber que contiene; mi curiosidad y persistencia también son infinitas y cada vez me encuentro un poco más cerca de mi victoria, cuando haya alcanzado todos los volúmenes de la enorme herencia que alberga. La conquista habrá terminado y mi adversario pasará entonces a ser mi mejor aliado.
Es bueno comprender que no todo adversario que nos desafía tiene que ser nuestro enemigo; lograr que sea nuestro aliado es la más noble empresa, entendiendo que nuestra grandeza esta determinada por la talla de nuestros adversarios. Un abrazo.
ResponderBorrarLa mejor conquista no es hacia el enemigo sino hacia uno mismo....
ResponderBorrarCariños,
Kat
Tony: Yo también estoy muy contenta de que estés de nuevo por estos mundos de los blogs. Espero que tus vacaciones hayan sido de lo más placenteras para ti.
ResponderBorrar¡Gigantes y más gigantes! Se nos presentan tantos en la vida que a veces ni sabemos cómo hacerles frente. En algunas ocasiones es el mismo, tan sólo ha cambiado su piel y sus ropajes para despistarnos. Con esa persistencia tuya estoy segura de que le vencerás y será tu aliado. Este texto me ha recordado una época, por suerte ya pasada, de exámenes.
La pluma con la que te has presentado en mi blog me ha encantado.
¡Saludos afectuosos!
Amigos! Gracias por estar siempre ahí y prestarle atención a estas letras... es un gusto volver sobretodo para leerles ;)
ResponderBorrarKat: En estos días he podido comprobar esto que nos refieres, aunque cuando escribí, mis pensamientos estaban orientados en otro sentido. ¡Muchas gracias!
¡saludos!