Todavía queda una semana en el calendario…
…y mientras otros hacen las maletas y hablan en pretérito del año aun presente, yo me encuentro escribiendo estas líneas que en principio iba a mandar por mail pero decidí publicar aquí. Probablemente el fin de año represente trastornos para todos en alguna medida. Algunos nos vemos acosados por el fantasma de los compromisos pospuestos, esos que habitualmente se dejan “para el final”, “para hacerlos con tranquilidad”, o como hubiera expresado Roberto Gómez Bolaños en la voz de El Chavo, “para hacerlos toditos en montón a fin de año”. Lo único lamentable es que ese final o el momento de tranquilidad no llega, mientras si lo hace el fin de año, el inminente cambio en el calendario, como infranqueable límite para nuestras dilaciones, de modo que todos podamos realizar los balances correspondientes. Y está bien que así sea. En lo personal, solo desearía engañarme menos con la idea de que el tiempo se hace un espacio en estas fechas como si pudiera dejar de correr a la velocidad que siempr