
En las diferentes culturas a lo largo de la historia, puede observarse que la religión solo ha marcado más las diferencias de género, a lo que la llamada “religión cristiana” no ha podido escapar. Sin embargo, hoy quiero recordar la actitud del Maestro hacia una mujer de Samaria, por su origen y condición considerada doblemente “inferior”, cuando este se dirige directamente a ella y esta responde “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?”. En realidad sus diferencias era aun más grandes que aquellas, ya probablemente ni siquiera las demás mujeres le dirigían la palabra, pues vemos que se acerca sola a sacar agua del pozo, mientras lo acostumbrado era que las mujeres se acompañen en esta tarea. Luego de este evento, Jesús está compartiéndole enseñanzas y presentándole su mensaje ¡a una samaritana! ¿Qué otro maestro en ese tiempo hubiera considerado hacer semejante cosa? ¿"Gastar palabras en esa mujer"? Creo que esta es una de las primeras muestras de reivindicación de la mujer, elevándola del lugar que la sociedad había decidido darle, un ejemplo que la religión debió haber tomado en lugar de mirar tanto las “tradiciones” que la inducen constantemente en errores.
Con esto no intento decir que hombres y mujeres sean iguales exactamente en todo. Por fortuna no es así. Para cada género es una aventura llena de matices intentar descubrir al otro. Ambos tienen espíritus distintos, y precisamente esa maravillosa diferencia es la que ha inspirado plumas a lo largo de la historia y con seguridad lo seguirá haciendo. Deseo dedicarle las palabras de una de esas plumas, a cada musa inspiradora que hemos encontrado en nuestro existir, a la madre y la hija, a la compañera y la amiga, a la amada y la amante. ¡Un feliz día para todas!
Rima IV (Gustavo Adolfo Bécquer)
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
¡Qué lindo regalo nos has dejado aquí! Muchas gracias por acordarte de nosotras en este día.
ResponderEliminarTe mando besos agradecidos.
La filosofía de la doctrina cristiana es insuperable desde el momento en que da a la persona humana la posibilidad de ser igual en DIGNIDAD, independientemente de la condición (hombre o mujer)o de la situación (rico o pobre), entendido esto es inconcebible que cualquier otra diferencia pueda generar una suerte de superioridad (cual si fuera un mérito propio)y más bien nos hace apreciar las existentes, que en el caso de nuestras compañeras, las Mujeres (con mayúscula) son simplemente deliciosas... nuestro rendido afecto a todas ellas.
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